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Condiciones

Entendemos como narrativa hacer y significar, comprender y explicar desde lo empírico vía la “tecnología de la palabra” (Mendiola, 2005, p. 99). Por lo que asumimos las condiciones en las que operan estos espacios como narrativas individuales en relación con la  ubicación, disciplina, circuito de pertenencia, condición inmobiliaria, sostenimiento, estatus, año y el aforo.

  • Disciplina. La actividad principal de programación de los espacios ubicados.

*Otras disciplinas, son aquellos espacios que tienen como programación principal artes visuales o literarias, pero que tienen una programación importante de artes vivas aunque no sea su prioridad.

  • Circuito. Se establece a partir de los objetivos principales o misión que llevaron a abrir estos lugares, sin que esto limite o detenga la incursión en otros circuitos.

*Difusión. Espacios cuya finalidad principal se centra en la programación de una disciplina artística con la finalidad de apoyarla y expandir públicos.

*Formación. Espacios cuyo objetivo central es la impartición de cursos y paralelamente a estas actividades cuentan con foro de programación de estas disciplinas.

* Consumo. Espacios cuya actividad económica central es un servicio (restaurante, bar, pulquería, etc.) y de manera secundaria desarrollan actividades de naturaleza artística.

  • Año. Periodo temporal de la apertura del espacio.
  • Sostenimiento. Las estrategias principales de procuración de fondos que los espacios accionan para mantener abierto el espacio.
  • Aforo. Cantidad de espectadores/público/ beneficiarios que acoge el espacio.

Resultados generales:

En términos cuantitativos la cantidad y localización  de espacios no oficiales de artes vivas es reveladora: en Cuauhtémoc se ubicaron 133 espacios, en Miguel Hidalgo 12; Iztapala 12; Xochimilco 11; Venustiano Carranza 7; en Iztacalco 4 y en Coyoacán 27. En el caso de la disciplina, un porcentaje amplio se concentra en actividades de música con 54 espacios que la refieren como actividad principal; teatro con 44; multidisciplina 39, artes escénicas 19, otras disciplinas 16 y danza con 8 espacios.  

Aquí se puede visibilizar una primera debilidad en la formulación y ejecución de este tipo de políticas pensadas como idóneas, ya que si hablamos del establecimiento de circuitos de distribución vemos una  concentración desequilibrada en términos geográficos y en relación con la cantidad de población por delegación y la edad promedio de sus habitantes (tabla 1).

Delegación Habitantes edad promedio número de espacios
Iztapalapa 1801846 28-29 12
Cuauhtémoc 533669 33 133
Venustiano Carranza 420047 32 7
Xochimilco 417121 28 11
Miguel Hidalgo 380280 34 12
Iztacalco 376307 32 4
Coyoacán 612887 34 27

Tabla 1: Cantidad de espacios por delegación. Fuente de habitantes y promedio: INEGI.

Es importante mencionar que en un principio establecimos la identificación de aquellos espacios que tuvieran como actividad económica preponderante la programación de actividades de artes vivas. Sin embargo, nos dimos cuenta que las realidades complejas de la configuración de este tipo de circuitos artísticos, las naturalezas heterogéneas de las delegaciones con respecto a los procedimientos, normativas, proyección de ingresos económicos y otros factores inciden en la apertura de espacios con las características anteriormente mencionadas pero también de otros que constituyen circuitos de formación y de consumo (fig.1) y que cuentan con espacios de difusión. Esto nos demandó ampliar el recorte para tener una visión más específica de la conformación de este circuito de distribución.

Del total de espacios, un 59% se asume dentro del circuito de difusión, esto significa que sus fines no son de negocio sino de apoyo al campo artístico o con un objetivo social. 26% se concentra en el circuito de consumo, cuyo objetivo central es generar ingresos económicos y asumirse como una entidad de negocio. Y un 15% se ubica dentro del circuito de formación – ya que su objetivo central es el de formación,  sea con perspectiva de negocio, social y/o artística-, pero cuentan con un espacio de difusión.

Figura 1
Figura 1: Circuitos de pertenencia de los espacios detectados. Elaboración propia

Esta situación nos permite observar otra debilidad, no todos los espacios tienen un fin de lucro y, en consecuencia, de negocio basado en la oferta y la demanda aunque refieren que son necesarios los ingresos económicos para el sostenimiento del espacio y la sobrevivencia de quienes laboran ahí.

Otra característica de indagación importante es la condición inmobiliaria1 (fig.2); es decir, si el espacio físico que se ocupa es rentado, propio, está en comodato o es prestado. 47 espacios tienen como condición la renta, 5 cuentan con un espacio propio, 2 en comodato y 2 en préstamo. Si tomamos en cuenta que el pago de renta corresponde entre un 50% y hasta un 70% de los ingresos mensuales totales, y en la comprensión que muchos de estos espacios todavía no alcanzan la autosostenibilidad mínima para continuar, existe una situación crítica que tenderá al cierre de estos espacios. En el caso de quienes tienen el espacio en comodato, hay un temor constante por la anulación de este acuerdo en cada cambio de administración.

Una debilidad más del discurso del supuesto desarrollo que deja en el abandono a quienes se aventuran abrir espacios de este tipo, a pesar de asumirse como emprendedores en el entendido del impulso de un proyecto de tales magnitudes.

 

Figura 2
Figura 2: Condición inmobiliaria de los espacios detectados. Elaboración propia

No sorprende entonces que el resultado del estatus de los espacios detectados sea de 25 cerrados a la fecha (fig. 3). Esto derivado en gran medida por las deudas resultado de la apertura del espacio (costos de permisos, adecuaciones del espacio en materia de protección civil), por multas excesivas impuestas por tesorería, por las clausuras delegacionales 2 y/o por la ausencia de público y de apoyo gubernamental.

Figura 3
Figura 3 Estatus de los espacios detectados. Elaboración propia

Asimismo, la incertidumbre económica lleva a los espacios del circuito de difusión a establecer estrategias de multisostenimiento paralelo a la programación artística (costo por entrada) para mantener abierto el espacio: autogenerados sea vía prestación de otros servicios, inversión propia, no pago a colaboradores, ahorros personales, inversión económica que proviene de otras actividades profesionales del responsable, préstamos familiares y, en un porcentaje muy reducido, apoyos gubernamentales vía los subsidios económicos. Estos mecanismos de sostenimiento están impulsados también por una ausencia de público con los recursos económicos para su asistencia o por consumos creados y monopolizados por las industrias del entretenimiento. En el caso de los espacios integrados a los circuitos de consumo y de formación, los servicios son el sostenimiento total.

La figura hacendaria fue también un indicador importante. Aquellos espacios que están dados de alta en Hacienda, lo hacen como personas físicas con actividad empresarial, otros como empresas diversas y muy pocos como asociaciones civiles. La nula diversidad de estas figuras hacendarias no coincide con las dinámicas y realidades económicas de estos espacios, lo que contribuyen a su desaparición o en su defecto a sostenerse acotadas a las normativas establecidas. Otro hallazgo importante es que los espacios que se esfuerzan por estar dentro del marco de las normativas y cuya función es social y/o artística son los más violentados por las autoridades; una debilidad más del tipo de políticas accionadas en este circuito.         

A pesar de estos retos que deben afrontar los responsables de estos espacios, todos estos emplean un rango de entre 3 y 9 integrantes del equipo de trabajo. Sin embargo, la relación laboral no es idónea y en muchos casos incide en una precariedad laboral, obligada por la ausencia de ingresos adecuados. De los 193 espacios ubicados, tres de éstos dan seguridad social y algún otro tipo de derecho laboral; 167 les da un ingreso económico relativamente estable, 26 no les aporta ingreso o es esporádico.

Por último, y ante la ausencia de una figura jurídica que coincida con la diversidad de naturalezas de este tipo de espacios, el tipo de alta en la delegación es diversa: auditorios, centros culturales, restaurantes, cafeterías con actividades artísticas, oficinas, clubes privados, bodegas, dos como espacios culturales – licencia que no existe en la actualidad- y otros más con una multiplicidad de licencias para no tener problemáticas.  

 

1 No todos los espacios ubicados aceptaron ser entrevistados por lo que los resultados corresponden al total de entrevistados que aportaron esa información específica.

Última actualización de esta información, julio de 2017.